Amelia y Fred

Y el vuelo de nuestras vidas

Maurydek
10 min readJul 12, 2021
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2:25 de la mañana del 2 de Julio 1937 en los cielos del Océano Pacifico

“Increíble el firmamento esta noche ¿verdad, Fred?”

“Sí Amelia, nunca había visto algo tan grandioso. A 10.000 pies de altura sobre el océano con tan poca luz de luna, las luces de las estrellas iluminan la inmensidad como la luz de tus ojos ilumina mi corazón.”

“Tu corazón está cegado por el amor, Fred. Sigues perdiendo la cabeza por las mujeres como un niño con un juguete nuevo, luego te cansas y lo tiras.”

“Querida Amelia, he amado mujeres hermosas y he amado mujeres muy dulces. Lo di todo y no recibí nada; no he dado nada y recibí mucho pero nunca, nunca me he embarcado en una aventura así para una mujer, simplemente porque nunca he encontrado una tan especial como tú.”

“¡Qué cielo estrellado! ¡Simplemente magnifico! Desearía poder abrir la puerta del avión, salir acostarme en el fuselaje, colocar las manos detrás de la cabeza y cruzar las piernas mientras admiro el firmamento. Mira la osa mayor que al sur del ecuador se ve inversa, es tan inmensa que parece estar tan cerca como tocarla con un dedo. Mira que brillantes las Pléyades, esta noche se ven claramente todas.”

Electra

“Amelia, ¿sabías que es casi imposible ver las doce estrellas? Normalmente se pueden ver solo siete y fueron nombradas Pléyades en honor a las siete hermanas de la mitología griega, incluida Electra al igual que nuestro avión. Precisamente ella, antes de ser arrojada en la Tierra por Zeus, tuvo una hija llamada Armonía que recibió como regalo de Afrodita, en el día de su boda, un collar que tenía el poder de dar eterna juventud y perdurable belleza a quien lo usara. Pero cuando su esposo fue convertido en una serpiente, Armonía para no separarse de él, eligió ser transformada en una serpiente también, por el resto de su vida.”

“Yo también quiero ser reducida a una serpiente como tú Fred.” Dijo Amelia con un pesado toque de ironía.

“Eres demasiado romántica Amelia y al mismo tiempo eres una víbora sarcástica. En cambio, terminarás como Electra: al final se convirtió en estrella, desde mañana tú también lo serás y tendrás el don de Armonía porque todos te recordarán eternamente joven y hermosa”

“¿Será este el precio a pagar? Fred, ¿tiempo y posición?”

“Son casi las 3:00, es hora de comunicar nuestra posición. Aquí vuelo KHAQQ, tres horas desde Lae en dirección E-NE a 10.000 pies, velocidad 150 nudos. Estamos en nubes muy densas, reducimos la altitud.

Viaje alrededor del mundo

Amelia Earhart junto a Fred Noonan, a bordo de un Lockheed Electra 10E color aluminio brillante, moderno y completamente modificado para el evento, equipado con dos potentes motores Pratt & Whitney de 9 cilindros y 600 caballos de fuerza, habían partido de Lae en Papua Nueva Guinea el 2 de Julio de 1937 a la medianoche en ruta hacia el atolón de Howland a más de 4.000 km de distancia en el medio del Océano Pacífico. Tenían que finalizar una de las paradas en un intento por romper el récord de una gira mundial de vuelo alrededor del ecuador, 47.000 km de viaje. Amelia ya había establecido varios récords, pero esto no solo iba a convertirse en un evento legendario, sino que además le habría dado a la aviadora la notoriedad suficiente para permitirle hablar y ser escuchada, expresar sus ideas de paz y amor. Pretendía cambiar el mundo y también aumentar las ventas de sus libros.

Pero el mundo no estaba preparado para aventuras románticas, la época de los aventureros llegaba a su fin y la humanidad estaba en camino hacia el egoísmo y el individualismo. Japón había invadido China y las tensiones entre los estados estaban en su apogeo. Alemania estaba en pie de guerra, el Hindenburg había explotado recientemente y el viaje alrededor del ecuador de una aviadora estadounidense ya no importaba tanto. Amelia y Fred habían replanteado sus intenciones originales y tal vez el aterrizaje en esa lengua de arena de 2 km en el medio del océano ya no iba a constituir su prioridad.

Acercamiento al principio del fin

“Son casi las 5:00 hora de Lae y el sol está a punto de salir, ¿crees que deberíamos comunicar nuestra posición exacta nuevamente, Amelia?”

“Casi lamento que las estrellas, las Pléyades con Electra, Maya, Alcíone se estén desvaneciendo. Nos esfumaremos pronto también. Sí, comunicamos nuestra posición exacta por última vez … Fred, tengo dudas…muchas dudas.”

“Amelia, todos los que dejaron su huella murieron en el intento. Sin embargo, aunque parezca extraño, la humanidad otorga más importancia a aquellos que perecen al intentar lo imposible que a aquellos que triunfan lográndolo. Si deseas cambiar el mundo debes sacrificarte, así como lo hizo Jesús en la cruz. Tú mensaje permanecerá en el tiempo; las mujeres adquirirán un papel fundamental en la sociedad; las personas se darán más valor a sí mismas conscientes de que si realmente quieren, entonces pueden hacerlo. Tú Amelia, con el sacrificio de hoy te volverás inmortal, se erigirán estatuas en tu memoria, se nombrarán calles y plazas en tu honor. Las madres llamarán a sus hijas Amelia en nombre de la fuerza y ​​el coraje, de la audacia y el heroísmo.”

“Gracias Fred por las lindas palabras, pero las estatuas y la fama no me interesan en absoluto. ¿Y si nos descubren?”

“Nadie nos encontrará en Puerto Princesa. Cambiaremos nuestros nombres y llevaremos una vida sencilla, construiremos nuestro nido de amor y viviremos en paz para siempre. Juro solemnemente permanecer a tu lado por el resto de mi vida. ¿Amelia Earhart, acepta ser mi esposa?” Dijo Fred dejando el asiento del piloto postrándose de rodillas frente a la encantadora Amelia, la cual dudó por un momento.

Amor, el motor de todo

“Ya tengo marido querido Fred, pero no creo en el matrimonio. Si me estás pidiendo que inicie oficialmente una relación contigo, entonces la respuesta es un sí.” Declaró Amelia abrazando al pretendiente por unos segundos dándole un beso afectuoso casi a la altura del cuello. Amelia estaba casada con George Putnam, un exitoso editor mujeriego que se volvió a casar solo cuatro meses después de que ella fuera declarada oficialmente muerta.

“Aquí Amelia Earhart, del vuelo KHAQQ, estamos a 7.000 pies de altura y viajamos a 150 nudos rumbo a la isla Howland. Son las 5:00, hora de llegada programada a las 8:15.”

Fred tengo escalofríos, volar es mi pasión y la adrenalina que conlleva el riesgo de hacer algo que nadie ha hecho antes me atrae como una droga. Cuando establecí el récord de altura con el Pitcairn sentí emociones increíbles: el corazón en la garganta, el miedo a no lograrlo, la alegría de haber tenido éxito, el clamor de la gente a mi regreso, los artículos de los periódicos de todo el mundo y las entrevistas, el miedo de morir…”

“Sin igual es la alegría de las personas que te abrazan y sienten que son partícipes de una especie de milagro que lograste hacer realidad. Y estás más viva que nunca.”

Insignificancia de la inmensidad

“Es cierto Fred, pero volar cambió mi percepción de la vida: cuando despegas en el aire, las personas se vuelven pequeñas y a medida que subes, se convierten en diminutas manchas antes de desaparecer. Incluso las casas se vuelven cada vez más imperceptibles, hasta que supera los 18.000 pies y lo que ves es el inmenso mar casi negro, el cielo azul con tonos anaranjados, las tierras verdes y te das cuenta de que somos minúsculos e insignificantes ¡Te das cuenta de que frente al universo no somos nada!”

“Tienes razón Amelia, desde aquí lo que admiras es la curvatura de la Tierra y los contornos de los continentes con el mar. Las fronteras de las naciones y sus diferencias desaparecen. Desde aquí arriba, las razones para discutir y los conflictos no tienen sentido. Desde aquí arriba, ya nada tiene sentido … el todo es naturaleza, silencio, es amor al estado puro.”

Fred se acercó a Amelia y los dos se besaron por un largo rato. Mientras tanto amanecía y los dos se acercaban a su destino. Junto al atolón Howland, el buque patrulla de la Armada de los Estados Unidos Itasca los estaba esperando. Establecería un enlace radio con el Electra de Amelia para poder conducirlo hacia el objetivo y eventualmente emitir señales de humo para indicar la posición del atolón.

“¿Me escuchan? Aquí vuelo KHAQQ en ruta hacia ustedes, estamos a 150 millas de distancia. ¿Establecen contacto?”

“Aquí USS Itasca, hay interferencias. Estamos en una posición estacionaria frente al atolón de Howland. ¿Ya tienen las coordenadas?”

“Fred, no les responderé para que crean que no podemos recibir sus mensajes.”

Desaparición

“Buena idea, pero ¿cómo te vas a comunicar con Samuel?”

Samuel Mitchell era un astrónomo estadounidense que se encontraba en la isla de Kanton a 650 km al sureste del atolón Howland donde había llegado con su tripulación para estudiar un eclipse solar total, el 8 de junio. Era la única persona que estaba al tanto del secreto de Amelia y Fred.

“¿Recuerdas esa larga antena que había instalado debajo del avión? Recibe señales a bajas frecuencias. Samuel ya estará transmitiendo un zumbido pulsante de 500Khz, mientras que el Itasca tendrá canales abiertos entre 3000 y 6000Khz.”

“¿Estamos a 150 millas de Howland?”

“No Fred, estamos mucho más lejos al sur. Calculé nuestra posición, deberíamos estar a un par de horas de la isla de Kanton.”

Al pasar unos minutos, Fred obtuvo la posición exacta gracias a sus habilidades de navegación astronómica obtenidas a través de años de trabajo en buques. Calculando la distancia de astros, en este caso el sol con el horizonte y conociendo la altura a la que volaba el Electra, determinó exactamente la latitud y la longitud.

7:34

“Aquí vuelo KHAQQ, ¿Itasca me reciben?”

“Adelante vuelo KHAQQ.”

“¿Aquí vuelo KHAQQ, Itasca me reciben? Paso.”

7:42

“Deberíamos estar justo encima de ustedes, pero no podemos verlos, el combustible se está acabando. No pudimos comunicarnos por radio, estamos a 1.000 pies de altura.”

“¿Fred estas ahí?”

“Sí Amelia, estoy concentrado. Hemos entrado en la fase crítica del vuelo. Tenemos que hacerles creer que tenemos poco combustible y que volamos cerca de ellos a pesar de estar a más de 100 millas al sur. Vamos a comunicar en diferentes frecuencias para desorientarlos. Llegaremos a Kanton con unas pocas gotas de combustible y no podemos cometer errores, está nublado y la visibilidad a esta altura es de unos pocos metros. Sacaré nuevamente los cálculos de posición.”

“Bien. El Itasca continúa enviándonos comunicaciones. ¿Qué hacemos Fred?”

“¡Nada!”

7:58

“Aquí vuelo KHAQQ, Itasca no los escuchamos. Envíen señales de voz para poder determinar su ubicación a través de la radio.”

La tripulación del USS Itasca ya estaban conscientes de que el Electra de Amelia no podía recibir señales de voz, asì que encendieron las calderas para emitir humo negro y trataron de establecer contacto en otras maneras.

“Fred, están comunicando en código Morse. Es verdad que ahora han caído en nuestra trampa, ¡pero no podemos pretender que ni siquiera los recibimos! ¡Sería inconcebible!”

“Ok Amelia. ¿Alguien sabe si conoces el código Morse? Algunos de mis alumnos podrían estar al corriente porque lo mencioné en mis clases, pero nadie puede confirmar que lo domino.”

8:13

“Aquí vuelo KHAQQ recibí las señales en código Morse, pero a través de ellas no puedo determinar su posición”

8:30

“Amelia, me gustaría que supieras que pase lo que pase, siempre estaré a tu lado. Si llegarán a descubrir nuestras verdaderas intenciones, diremos que ha habido errores técnicos o que yo hice un error de cálculo dados los diversos cambios de zona horaria durante nuestro vuelo ¿de acuerdo? No te haga responsable porque el más mínimo error te costará la reputación. Hay lobos salvajes que no dudarían en destruirte a la primera oportunidad y te convertirán de heroína a villana en un abrir y cerrar de ojos.”

“Todo esto mi querido Fred, simplemente … ¡no va a suceder!”

8:43

“Estamos en la línea 157 337. Repetiremos este mensaje. Repetiremos este mensaje a 6210 kHz.”

“Amelia, ¿qué haces?” Dijo Fred

“Esperad!!!” Dijo Amelia al Itasca

“¿Qué pasa Fred?”

“Creo que Samuel está tratando de comunicarse con nosotros en los 500 kHz.”

“Bueno Fred, cambio la frecuencia en los 500. Samuel no tiene que hablar con nosotros, los de Itasca u otras embarcaciones en el área podrían recibir la comunicación y esto nos llevaría a nuestro fin. Tengo que engañar a todos cambiando las frecuencias. Aquí vuelo KHAQQ, estamos volando en la línea 157 337 de norte a sur, no los vemos.

“Amelia, es hora de concluir nuestras comunicaciones con el Itasca. Ya los dejamos atrás y tenemos otro objetivo que alcanzar: una franja redonda de tierra a pocos kilómetros de distancia en el mar más grande de este planeta, otra media hora de vuelo.”

“Será la media hora más larga de nuestra vida Fred. Ahora que ya hay personas que creen que estoy muerta siento una sensación extraña, tengo náusea.”

“Te entiendo Amelia. También me siento estremecido: una mezcla de mareo y mariposas en el estómago. Estamos a punto de entrar en la leyenda, las 99s estarán orgullosas de ti.”

Conversión en icono

“La organización internacional de mujeres pilotos será una de las cosas que más extrañaré. Otra que no echaré de menos será la lucha contra la ignorancia, desafortunadamente tengo que admitir que perdí: la avaricia de la raza humana quizás ha caracterizado nuestra escalada hacia el vértice de la cadena alimentaria, pero estoy convencida de que también nos conducirá a la extinción.”

“Amelia, estamos a quince minutos de Kanton, la señal de Samuel es muy fuerte ahora. Estás con las manos en el mando, pero te veo perdida…concéntrate. Nuestras vidas están literalmente en tus manos.”

“Fred, si de verdad tuviera mi vida en mis manos, no sabría qué hacer en este momento. Te agradezco por estar aquí conmigo y te prometo que pondré este avión en aquella franja de arena, así como Zeus hizo con Electra. Ya que estoy muerta ahora ¿tendré al menos diez minutos para pronunciar un discurso?”

“Puedes hablar mientras comienzas el aterrizaje a Kanton, pero concéntrate.”

10:08 del 2 de julio de 1937, nacimiento de una leyenda

“Aquí vuelo KHAQQ rumbo hacia una nueva vida. La piloto Amelia Earhart junto con el navegante Fred Noonan hablan contigo. Esperamos que hayas disfrutado el vuelo y queremos que vuelvas a experimentar estas fuertes emociones. Volar es la metáfora de la vida: despegar es como nacer y crecer. Se experimentan varias etapas durante el viaje, a veces es cómodo a veces es turbulento. Vuelas alto o cae en bolsas de aire, cambias de rumbo o cruzas nubes de tormenta, pero lo que cuenta es llegar a tu destino y no tener remordimientos por lo que no pudiste hacer, sino celebrar lo que has logrado. Intenta hacer un aterrizaje suave sin mirar atrás. Cuando vuelas hay siempre un nuevo destino esperándote y no tengas miedo de volver a despegar porque puedes volar más alto y más lejos que antes. Abajo el tren de aterrizaje, ajustar los flaps, reducir la velocidad … ¡touchdown! La aventura de nuestras vidas continúa.”

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Maurydek

I am a writer from Brindisi, Italy. I speak Spanish and English, and I published a couple of novels.